02 septiembre 2006

Mateos trajo algo más que nostalgia ochentosa a Río Tercero

Fue un recital largo e intenso y también extensos en el tiempo serán los comentarios del público que asistió a ver a Miguel Mateos en Río Tercero, el pasado sábado 26 de agosto.El concierto, llevado a cabo en el Cine Real Cooperativa, duró tres horas reloj y prácticamente no tuvo pausas. Más allá que el solista vino a la ciudad con un nuevo disco en estudio, titulado "Uno" (2005), la gira nacional apunta a festejar el 25 aniversario de su trayectoria en el rock. Por eso no solamente repasó páginas de su autoría sino de los grupos y solistas que lo marcaron musicalmente de los '60, '70 y '80

FUE un recital largo e intenso y también extensos en el tiempo serán los comentarios del público que asistió a ver a Miguel Mateos en Río Tercero, el pasado sábado 26 de agosto.

El concierto, llevado a cabo en el Cine Real Cooperativa, duró tres horas reloj y prácticamente no tuvo pausas. Más allá que el solista vino a la ciudad con un nuevo disco en estudio, titulado "Uno" (2005), la gira nacional apunta a festejar el 25 aniversario de su trayectoria en el rock. Por eso no solamente repasó páginas de su autoría sino de los grupos y solistas que lo marcaron musicalmente de los '60, '70 y '80.

El comienzo, a las 22.30, fue nada menos que con los himnos "Tirá para arriba" enganchado con "Extra, extra", que enseguida hizo subir la temperatura de la sala. Ahí nomás vino el tema "Uno" que derivó en una versión de "Green River" de Creedence, que tomó desprevenido a más de uno. Siguieron viejas glorias del cantautor como "Perdiendo el control" y "Atado a un sentimiento", cerrando la primera parte con "Es tan fácil romper un corazón". Y eso sólo era el aperitivo de una larga velada que apenas iniciaba.

El intermedio del maratónico show encontró a Mateos más solista que nunca, en la sección denominada "Piano Bar". Acompañado sólo con su piano, el compositor entregó notables interpretaciones de "Laura Va" de Spinetta y "Honesty" de Billy Joel junto a las propias "Beso francés" y "Mundo feliz", una de las más pedidas. Todo en un ambiente íntimo y con el vocalista traduciendo las letras en inglés antes de cada versión, en otra de las gratas sorpresas -por el formato- que deparó la noche.

La última parte, ya con toda la banda de cinco músicos en escena, arrancó con "Bar Imperio" y clásicos como "Tengo que parar" y "Dulce Ana". Los tributos sonaron en los temas de Pescado Rabioso, "Paradise" de Phil Collins y "Jealus Guy" de John Lennon, el mayor ícono del ex líder de Zas. No sonó de lo mejor en la voz de Mateos la canción "No soy un extraño" del Charly García, de la época de "Clics Modernos", pero le sobró emotividad.

Ya en la recta final y con el público de pie cerca del escenario, los bises apuntaron alto con "Un gato en la ciudad" y "Un poco de satisfacción". La despedida vino de la mano de "Una noche más" pegada a "Back in the U.R.S.S." de Los Beatles, en un cierre demoledor, tras más de 40 canciones.

El show de Mateos quedará grabado en la memoria porque no sólo hubo nostalgia y homenajes, sino la entrega de un cantante que sigue con la misma actitud de sus comienzos. A pesar de haber pasado su mejor época, los clásicos nunca pasan de moda. Y lo demostró en este tour de sus Bodas de Plata.

Fuente: Diario semanal Tribuna Digital (Aquí la nota).

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